El 06 de Diciembre del 2020 habrá elecciones parlamentarias en la nación bolivariana, y salga o no favorecido, el vigente presidente Nicolás Maduro saldrá fortalecido dentro y fuera de su país por ser éste un triunfo de la democracia más atacada, bloqueada, sancionada, saboteada y agredida en el mundo actual; las consecuencias socio-económicas de las acciones imperiales buscan culpar al gobierno de la crisis que ocasionan para luego poder optar por controlar el poder político y los recursos naturales de la nación, por un lado, asfixiando la economía y por otro lado desprestigiando el modelo democrático, participativo y protagónico establecido por la constitución de 1999, la constitución de Chávez.
Esa táctica permitió el triunfo parlamentario de la derecha fascista en las pasadas elecciones de 2015, a partir de ese momento se han intensificado una serie de planes que han ido desde la violencia en las calles hasta “auto proclamaciones” y con ellas el robo de activos, cuentas bancarias, reservas de oro, confiscación de empresas en el extranjero, terrorismo, intentos de magnicidio, peticiones de intervención militar, bloqueo de combustible, entre otros. No obstante, ninguno de los planes ha podido derrocar al gobierno, a pesar del grave daño que causan a la población, casi del mismo modo que el clásico dibujo animado, el imperio ha sido “El Coyote”, la derecha fascista criolla y sus aliados: trampas marca “acme” y el gobierno y pueblo de Venezuela “El Corre-caminos”.
Después de cinco años de una asamblea nacional al servicio del amo “Yankee”, la derecha golpista y vende patria luce fracasada, dividida, desmoralizada, desprestigiada y desarticulada, sin otro objetivo que mal ejecutar la órdenes de sus dueños, el escenario se convirtió en todo lo contrario a lo que Washington esperaba, el hecho que en Venezuela se haya podido cumplir el calendario electoral establecido por la constitución sumado a un pueblo consciente que entendió y asumió que enfrenta una guerra no convencional, en medio de la pandemia de la “Covid-19”, que por cierto, el gobierno de Maduro ha manejado con gran eficacia, coloca a la administración del millonario de Nueva York en una situación de desventaja política inesperada.
En los próximos comicios habrá participación de varios sectores de derecha y centro, incluído Capriles Radonski, ex-candidato presidencial contra Chávez en 2012 y contra Maduro en 2013, el mismo que hasta hace poco lideró violentas acciones de calle descargando su “arrechera”, y acompañó al auto proclamado Juan Guaidó, que ahora incluso se atribuye el reciente indulto presidencial de Maduro como un gesto de paz y reconciliación nacional para 110 derechistas participantes y planificadores de acciones terroristas entre 2014 y 2017; también entran a la contienda sectores de izquierda como el partido comunista que recientemente hizo ruptura con el chavismo, además de la ampliación del número de diputados y partidos que harán de éstas elecciones las más participativas y democráticas de la historia de Venezuela. Quedando aislado el sector apoyado por Trump, sinónimo de fascistas rancios liderizados por Guaidó, el cual, luego de las venideras elecciones pierde su condición de diputado el 05 de Enero del 2021, junto a su imaginaria pero muy tóxica “Presidencia Interina”.
Éstos días el pueblo de Venezuela ha sido testigo de acciones criminales y desesperadas por parte de la administración Trump, que tiene las elecciones presidenciales de EEUU encima y aún no puede resolver “el caso Venezuela”, entre los hechos, el ataque a PDVSA, ejemplo: la captura del marine, mercenario y espía John Heath Mattew, quien junto a traidores de la fuerza armada se disponían a causar explosiones en las instalaciones petroleras, la persecución de los buques iraníes para evitar el abastecimiento de gasolina, la negación de la UE a participar como testigos en las próximas elecciones, la insólita y manipulada acusación por parte de la comisión de DDHH de la ONU a Nicolás Maduro por crímenes de lesa humanidad, la cifras inventadas sobre las proyecciones de la pandemia por parte la academia de ciencias físicas, matemáticas y naturales de Venezuela, la alianza Guaidó - DEA y todas otras que vendrán, son evidencia que el objetivo es impedir y deslegitimar las venideras elecciones y con ello la democracia venezolana ante el mundo, para eso cada vez tienen menos argumentos; parece que al imperialismo le preocupan las elecciones en Venezuela tanto o más que las propias.
Gabriel Rodríguez
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